Ya tengo aquí mi AIG y está estupendo!!!!
Para los que no estáis en el mundo de los blogs el AIG es el Amigo Invisible Gastronómico. Es un amigo invisible que celebramos los blogueros de cocina en español. El proceso es el siguiente: nos "inscribimos" enviando un mail con nuestros datos y unas semanas después recibimos los datos de otro bloguero que será nuestro amigo invisible, para enviarle un regalito de interés gastronómico y alguna cosa especial.
Pues esta semana he recibido el mío, que me lo envía Verónica de La Cocina de Verónika. Os recomiendo que deis una vuelta por allí, yo ya compré las cosas para hacer su "Sepia con Patatas" (que también sé cocinar salado).
Verónika parece que estuvo unos días antes en mi cocina, o más bien en mi cabeza. De las cosas que me ha mandado hay una en particular, la más sencilla, que la necesitaba con urgencia pero seguramente no me la compraría nunca o en mucho tiempo: la manopla de silicona! Llevo semanas quemándome las manos (tanto hornooo!!!) pues las manoplas de tela ya no me son suficiente, las quemo, rompo... y aunque había visto las de silicona, seguro al comprar nuevas hubiera vuelto a comprar de tela. El resto de cosas que componen mi "regalito" están geniales, ya estoy viendo qué hacer para traeros una receta para estrenarlos.
Hoy traigo una receta que me sorprendió mucho positivamente, el Cheesecake de Calabaza. Como no estoy tan acostumbrada a hacer comidas diferentes en cada temporada (vengo de un verano eterno en mi isla) no me enloquecía la idea de hacer un postre de temporada como tal. Pero algo me llamó la atención de esta receta que me animé a hacerla y SORPRESA! qué buena está.
Yo lo corté en círculos para poner en una cena informal con amigos, pero podéis hacerlo en un molde desmoldable y servirlo completo. En la nevera dura hasta una semana, sacarlo un rato antes de comerla para que se ponga a temperatura ambiente. Puedes ponerle nata montada, pero por sí solo ya está bueníiiiiiisimo.
¡A la cocina!
Cheesecake de Calabaza
Ingredientes
200 grs de calabaza
Agua
3 huevos
120 gr (1/2 tz) de azúcar morena
2 cdas de nata para montar
1 cdta. de extracto de vainilla
120 gr (1/2 tz) de azúcar blanca
1 cda de maizena
1 1/2 cdta de canela
1/2 cdta de jengibre
1/2 cdta de nuez moscada
1/2 cdta de sal
Para la base de galletas:
200 de galletas María
125 grs (1/2 tz o 1 barra) de mantequilla derretida
60 gr (1/4 tz) de azúcar blanca
Agua
3 huevos
120 gr (1/2 tz) de azúcar morena
2 cdas de nata para montar
1 cdta. de extracto de vainilla
120 gr (1/2 tz) de azúcar blanca
1 cda de maizena
1 1/2 cdta de canela
1/2 cdta de jengibre
1/2 cdta de nuez moscada
1/2 cdta de sal
Para la base de galletas:
200 de galletas María
125 grs (1/2 tz o 1 barra) de mantequilla derretida
60 gr (1/4 tz) de azúcar blanca
Preparación
Lo primero que debes hacer es preparar un puré de calabaza. Para ello debes poner a hervir la calabaza en una olla grande con agua suficiente. Cuando esté suave retira del fuego y machaca con un tenedor o pasa por el pasa-purés. Deja enfriar completamente para usar en el cheescake. Este puré lo puedes hacer el día antes y guardarlo en la nevera en un recipiente hermético.
Calienta el horno a 200ºC (400ºF).
Tritura las galletas María en la minipimer o el procesador de alimentos. Cuando estén todas las galletas trituradas añade el azúcar y la mantequilla derretida y pulsa por 1-1,5 minutos más, hasta que esté todo mezclado. Coloca la mezcla en un molde desmoldable de 25 cm (10 pulgadas) de diámetro o uno cuadrado de 22 x 22 cm (9 x 9 pulgadas) aprox. Presiona las galletas con la yema de los dedos y cubre toda la superficie. Hornea durante 7 minutos o hasta que esté un poco dorado. Retira del horno y baja la temperatura a 160ºC (325ºF).
En un bol grande mezcla el puré de calabaza, los huevos, el azúcar morena, la vainilla y la nata.
En otro bol grande bate con la batidora eléctrica o con una batidora de pie el queso, azúcar blanca, sal, nuez moscada, jengibre, canela y la maizena. Bate hasta que esté cremoso y añade poco la mezcla de la calabaza. Continúa batiendo unos minutos hasta que se haya mezclado todo y no tenga grumos. Echa la mezcla en el molde sobre la base de las galletas y hornea por 1 hora o hasta que los bordes de hayan despegado.
Deja enfriar completamente, guárdalo en la nevera si no lo vas a servir inmediatamente. Si usas un molde desmoldable desmolda para servir, si usas un molde cuadrado puedes cortar en cuadraditos o con cortadores de galletas para servir como bocaditos.
¡A comer!
Lo primero que debes hacer es preparar un puré de calabaza. Para ello debes poner a hervir la calabaza en una olla grande con agua suficiente. Cuando esté suave retira del fuego y machaca con un tenedor o pasa por el pasa-purés. Deja enfriar completamente para usar en el cheescake. Este puré lo puedes hacer el día antes y guardarlo en la nevera en un recipiente hermético.
Calienta el horno a 200ºC (400ºF).
Tritura las galletas María en la minipimer o el procesador de alimentos. Cuando estén todas las galletas trituradas añade el azúcar y la mantequilla derretida y pulsa por 1-1,5 minutos más, hasta que esté todo mezclado. Coloca la mezcla en un molde desmoldable de 25 cm (10 pulgadas) de diámetro o uno cuadrado de 22 x 22 cm (9 x 9 pulgadas) aprox. Presiona las galletas con la yema de los dedos y cubre toda la superficie. Hornea durante 7 minutos o hasta que esté un poco dorado. Retira del horno y baja la temperatura a 160ºC (325ºF).
En un bol grande mezcla el puré de calabaza, los huevos, el azúcar morena, la vainilla y la nata.
En otro bol grande bate con la batidora eléctrica o con una batidora de pie el queso, azúcar blanca, sal, nuez moscada, jengibre, canela y la maizena. Bate hasta que esté cremoso y añade poco la mezcla de la calabaza. Continúa batiendo unos minutos hasta que se haya mezclado todo y no tenga grumos. Echa la mezcla en el molde sobre la base de las galletas y hornea por 1 hora o hasta que los bordes de hayan despegado.
Deja enfriar completamente, guárdalo en la nevera si no lo vas a servir inmediatamente. Si usas un molde desmoldable desmolda para servir, si usas un molde cuadrado puedes cortar en cuadraditos o con cortadores de galletas para servir como bocaditos.
¡A comer!