lunes, 26 de septiembre de 2011

Queso Philadelphia en París - Cheesecake


Durante mi estancia en París viví toda clase de experiencias. Desde buscar piso allí como estudiante (viniendo de las Américas donde todo es amplio, luminoso y mucho más barato), hacer nuevos amigos, aprender una nueva lengua y su cultura, hasta andar en transporte público en una gran ciudad.

Al llegar me iba a quedar con una pareja de amigos, Teri y Yayo. Ellos formaban parte de una comunidad de estudiantes dominicanos, que solían comer/cenar juntos en casas de unos y otros. Me acoplé inmediatamente pues a más de uno lo conocía desde niña. Cada vez que había oportunidad organizábamos una comida especial: sancocho*, tacos... En casa de Teri y Yayo siempre se hacía comida para 5 o 6 aunque ellos fueran solo dos, pues en cualquier momento caían por allí Mario, César, las niñas...  En ese grupillo los temas de comidas y las morriñas de platos de nuestra tierra eran constantes.

Como era natural cuando fui desde Santo Domingo Teri me pidió que le llevara platanitos, yuquitas, café, y me dijo que ojalá pudiera llevarle queso Philadelphia, pero que sabía que se pondría malo en un vuelo tan largo. Para mí esa petición fue una sorpresa, pues como Francia es la tierra de los quesos, lo normal sería conseguir quesos inimaginables, y algo tan básico como el Philadelphia, más aún.

Pues aprendiendo esa nueva cultura nos enteramos que los franceses no consideran (o en aquella época al menos) el queso Philadelphia como queso! Y nosotros que además de untarlo en panes y galletas, preparamos cremas de queso con otros ingredientes, pasta, salsas para carnes y Cheesecake!

Foto: Ana Belén Hitos
El cheesecake o pastel de queso se hace desde la época de los griegos. Las primeras recetas indicaban machacar el queso en morteros hasta convertirlos en una pasta suave. Hoy en día la mayoría de recetas usan queso crema (Philadelphia que es la marca más conocida) como base y así no tenemos que dejarnos la vida en el mortero y seguramente queda más suave y tierno.

Hay muchas recetas diferentes de cheesecake. El más famoso es el New York Cheesecake, que es la tarta básica sin ningún sabor adicional, ni confitura o mermelada. La receta de hoy se puede servir sin la confitura encima y está igual de sabrosa.

Ahora manos a la obra...




Cheesecake


Ingredientes:
Base
200 gr. de galletas María
50 gr. de almendras 
2 Chdas. de azúcar
50 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
Tarta
680 gr de queso crema (Philadelphia)
325 gr de leche condensada
2 huevos
120 ml de ron dorado
Cobertura
Confitura o mermelada favorita


Preparación
Encender el horno a 160º C.
Triturar las galletas y las almendras en la turmix/termomix/licuadora o procesador de alimentos. Una vez trituradas completamente añadir el azúcar y la mantequilla y volver a poner en marcha el aparato que hayas utilizado durante unos segundos, de forma que todas las galletas tengan mantequilla. En caso de que no se te mezcle bien, puedes completar este paso a mano con un tenedor, y si lo ves necesario, usa las manos (siempre recién lavadas!!!) Con esta base de galletas cubrir el fondo de un molde desmontable, apretando la mezcla con la yema de los dedos para que quede bien compacta.

En un bol grande batir el queso hasta que sea una crema suave, añadir la leche condensada y unir bien. Este proceso puede hacerse a mano, pero si se tiene una batidora de barillas mucho mejor. Es importante aquí que quede la leche condensada bien incorporada y sin grumos. Continuar echando los huevos y seguir batiendo. Por último agregar el ron y mezclar bien. Poner esta mezcla sobre la base de galletas que hemos puesto en el molde desmontable y horneamos durante una hora.

Al sacar del horno dejar enfriar completamente a temperatura ambiente. Cuando esté frío meter en la nevera entre 4-6 horas. Para servir lo desmoldamos y pasamos al plato donde lo presentaremos, colocando encima la confitura o mermelada que hemos elegido.  

A disfrutar del Cheesecake!

* Sancocho: Caldo típico dominicano hecho a base de víveres (plátano macho y tubérculos), varias carnes (pollo, cerdo, res, chivo), mazorca de maíz... Se sirve con arroz blanco y aguacate.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Dulce, ligera, etérea... - Pavlova -



Oficialmente hoy empieza el otoño, aunque en Sevilla todavía nos quedan unas semanas de calor. Menos agobiante, pero calor. Como buena caribeña necesito apurar y disfrutar un poco más del verano - especialmente por que he tenido que pasar gran parte de él dentro de casa por prescripción médica - he hecho una Pavlova. Dulce, ligera, etérea... y especialmente fácil de hacer.

Es un postre con una base de merengue horneada que se cubre con nata montada y frutas. Por fuera es crujiente y por dentro suave y esponjosa, como las nubes de chuches (marshmallows), con un toque de frescor proporcionado por la nata y las frutas.  El origen de este postre está en Oceanía, pues tanto los australianos como los neozelandeses se discuten su propiedad, pero lo que sí está confirmado es el origen de su nombre: fue bautizado en honor a la bailarina rusa Anna Pavlova, que durante la gira que realizó en 1926 por Australia y Nueva Zelanda pedía este postre donde quiera que iba.




La receta debe hacerse con azúcar fina, pero no azúcar glass (de repostería, en polvo). Como no la encontré, opté por usar un truco de mi abuela y la hice en casa: metí el azúcar dentro de una bolsa de congelar con autocierre y le pasé el rodillo fuertemente muchas veces, y así conseguí triturar los cristales del azúcar. Si tenéis termomix o robot de cocina podéis triturarla unos segundo y ya tenéis azúcar fina.

Se puede poner cualquier fruta por encima, tanto fresca como en almíbar(si eres muy goloso pues el merengue ya es bastante dulce). Desde hace semanas tenía en la mira unas bandejas de frutos del bosque variados que veía en cada visita al supermercado. Nunca había hecho nada con frutos del bosque, y frescos apenas los había probado, pues viniendo de un país tropical esas son frutas exóticas y hasta raras. Su acidez le va perfecta a la Pavlova pues equilibra el dulce del merengue y a la vista se ven espectaculares. Para fines de colorido también he puesto kiwi, pero como ya dije antes cualquier fruta vale.


Ahora manos a la obra!!!






Pavlova - Receta original  joyofbaking.com


Ingredientes


Merengue:
4 claras de huevo
200 gramos de azúcar fina
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
1 cucharadita de vinagre
1/2 media cucharada de maizena


Cobertura:
1 240 ml nata para montar
1 1/2 cucharadas de azúcar
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
Frutas variadas


Preparación:


Calentar el horno a 130ºC. Cortar un trozo de papel de horno para cubrir una bandeja para hornear y dibujar un círculo de 16-18 cm, colocar el papel en la bandeja con el círculo que hemos dibujado hacia abajo.

Con las claras a temperatura ambiente (media hora después de sacarlas de la nevera) montarlas a punto de nieve con una batidora de mano o de mesa. Cuando tenga picos suaves añadirle el azúcar fina poco a poco sin dejar de batir. Una vez incorporado el azúcar, subir la velocidad de la batidora al máximo y batir durante unos minutos.Cuando el merengue haga picos firmes y el azúcar se haya disuelto dejar de batir. Añadir el vinagre y la maizena incorporándolos con una espátula en movimientos envolventes. En este punto no debemos mover demasiado el merengue pues podría bajarse, mover lo justo para mezclar los últimos ingredientes añadidos. Con ayuda de la espátula colocamos el merengue sobre el papel de horno dentro del círculo que hemos dibujado, dejando los lados lisos y un poco más altos que el centro. Hornear durante 60 minutos.

Cuando esté listo lo dejamos dentro del horno hasta que se enfríe completamente. Una vez frío podemos guardarlo en un envase hermético hasta que lo vayamos a servir. Puede guardarse hasta dos o tres días.

Para servir montamos la nata con la vainilla y el azúcar y la esparcimos por el centro del merengue, y colocamos las frutas.


A disfrutar la Pavlova!!!